Extraño la época en que creía que todo el mundo era bueno.Pensaba que podía salvar al mundo entero si me unía a un grupo misionero, que podía confiar en todos porque todos tenían buenas intenciones. ¡Cómo extraño esa época!
Ahora sólo me siento algo agotado, veo la vida pasar, como muchos y siento una tristeza, una desolación, porque no estoy haciendo lo que mi corazón manda sino lo que el estómago manda para sobrevivir. Sólo puedo escribir y esta es mi única retribución, saber que al menos unos cuantos leerán esto y quizá ellos sí puedan hacer realidad un mundo mejor,
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