Mi corazón, ya no es más que un órgano inflamado por la sangre que bombea en él. No es más que un ducto selector de la vida y el veneno. Se ha agotado, se ha carcomido, se ha marchitado.
Esos músculos que hace poco galopaban contra el tiempo ahora sólo dejan que el tiempo los lleve sin más. Ya no siente, ya no piensa, ya no vive.
Se le ha agotado el tiempo, se la han acabado las fuerzas, ya no es capaz de propiciar ni un latido fuerte. Se le ha comido el alma.
¿Dónde podré hallar la fibra que reanime su corteza? Ya la lucha ha terminado, ya me ha derrotado.
(9-12-2011)
viernes, 9 de diciembre de 2011
El encuentro
Hace unos días tuve un encuentro con un ser imaginario... Me habló de profecía, de carácter, de guerra, de pasión. Me habló de la realidad, de mí realidad. Apenas si pude creer lo que oía, me habló incluso de sexo.
Hace unos días, hablé con un extraño... Este extraño me conminó a cambiar mi forma de pensar, me exigió que debía tomar las cosas con más ligereza, con mucha más paciencia. Me dijo que tomase la vida con mayor flexibilidad.
Ayer conversé con un mito... No tenía idea de lo confundido que me encontraba, no sabía que mis deseos tenían tanta fuerza como para debilitarme y dejarme casi sin respiración, ahogado en mi propio pensamiento, lleno de miedos, de amargura, de desastre. No sabía que todavía quedaba el niño miedoso que habitaba en mí durante el colegio, no tenía idea de que mi miedo me había aislado tanto del mundo entero. No sabía que mi miedo era mi excusa de moralidad para no hacer lo que "estaría mal" a mis ojos o quien sabe a los ojos de quién otro. No sabía que ni idea tenía de lo que está bien y lo que está mal.
Hoy converso con un despojo... un despojo de mi mismo, una tira de lágrimas sin agua, sólo sal, quemando los surcos de mi rostro. Hoy no se si ésta es una purificación o un llanto quejumbroso, pero sé que el ser imaginario, el mito y el despojo soy yo mismo queriendo encontrar mi propio reflejo, pero me falta uno también importante, el optimista! ¿dónde se habrá ido? No lo se, pero lo necesito ya que hoy me acompaña también el reflexivo y temo que los demás ganen esta partida.
9-12-11
Hace unos días, hablé con un extraño... Este extraño me conminó a cambiar mi forma de pensar, me exigió que debía tomar las cosas con más ligereza, con mucha más paciencia. Me dijo que tomase la vida con mayor flexibilidad.
Ayer conversé con un mito... No tenía idea de lo confundido que me encontraba, no sabía que mis deseos tenían tanta fuerza como para debilitarme y dejarme casi sin respiración, ahogado en mi propio pensamiento, lleno de miedos, de amargura, de desastre. No sabía que todavía quedaba el niño miedoso que habitaba en mí durante el colegio, no tenía idea de que mi miedo me había aislado tanto del mundo entero. No sabía que mi miedo era mi excusa de moralidad para no hacer lo que "estaría mal" a mis ojos o quien sabe a los ojos de quién otro. No sabía que ni idea tenía de lo que está bien y lo que está mal.
Hoy converso con un despojo... un despojo de mi mismo, una tira de lágrimas sin agua, sólo sal, quemando los surcos de mi rostro. Hoy no se si ésta es una purificación o un llanto quejumbroso, pero sé que el ser imaginario, el mito y el despojo soy yo mismo queriendo encontrar mi propio reflejo, pero me falta uno también importante, el optimista! ¿dónde se habrá ido? No lo se, pero lo necesito ya que hoy me acompaña también el reflexivo y temo que los demás ganen esta partida.
9-12-11
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