Mi corazón, ya no es más que un órgano inflamado por la sangre que bombea en él. No es más que un ducto selector de la vida y el veneno. Se ha agotado, se ha carcomido, se ha marchitado.
Esos músculos que hace poco galopaban contra el tiempo ahora sólo dejan que el tiempo los lleve sin más. Ya no siente, ya no piensa, ya no vive.
Se le ha agotado el tiempo, se la han acabado las fuerzas, ya no es capaz de propiciar ni un latido fuerte. Se le ha comido el alma.
¿Dónde podré hallar la fibra que reanime su corteza? Ya la lucha ha terminado, ya me ha derrotado.
(9-12-2011)
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