Debo aprender a ser obediente a Cristo, para lograrlo, debo dar gracias a Dios por no permitirme ser sacerdote.
Desde lo más profundo de mi corazón y hasta inflamarlo a punto de salirse de mi pecho, Dios sabe cuánto quise y anhelo ser sacerdote, pero Dios es sabio y en tiempos en que vivo no habría sido la mejor opción para la Iglesia. Soy homosexual y hoy este tema es muy delicado, lo que menos quisiera es dañar a Su Amada, por el contrario quisiera ser Su Amado, saberme amado por Dios, que mira en mi corazón, que yo pueda vivir para Él y únicamente para Él. Un día, conversando con Dios, admiraba mi alma con las almas piadosas de los monjes y las monjas y me enamoraba de esa vida y miré a Dios a los ojos y vio Dios en los míos mi anhelo y con dulzura me dijo: "Te quiero en este mundo". Me puse melancólico, Le miré a los ojos y supe inmediatamente que debía ser obediente aunque no comprendiera las razones. Pasando los minutos recordé que mi guía espiritual me había dicho que buscara la vida de Eduardo Verástegui, honestamente aún no la he leído :'( , pero me dijo que la Iglesia necesitaba Santos de a Pie, y al recordar sus palabras comprendí lo que Dios necesita de mi al decir "Te quiero en este mundo".
